La ecología como valor añadido

La ecología ha pasado de ser un valor diferencial, que nos desmarca de la competencia, a ser un valor añadido indispensable. El usuario hoy en día da por supuesto que una empresa moderna debe trabajar bajo criterios respetuosos con el medio ambiente

La ecología ha pasado de ser un valor diferencial, que nos desmarca de la competencia, a ser un valor añadido indispensable. El usuario hoy en día da por supuesto que una empresa moderna debe trabajar bajo criterios respetuosos con el medio ambiente. Si bien, según el estudio IPSOS (11/2013), solo un 27% de los usuarios no estaría dispuesto a pagar más por un producto ecológico, una amplia mayoría (un 83%) cree que el medio ambiente debe ser muy considerado por las marcas.

Estas cifras indican que el usuario ya no considera que la ecología sea una opción dentro de su abanico de productos a elegir, si no que se trata de un valor más del propio producto y del cual debe hacerse responsable la marca. Estamos en un momento en que el cliente no concibe que una empresa no sea respetuosa con el medio ambiente.

La responsabilidad medioambiental es un esfuerzo interno de la compañía que también se ha de comunicar. Existen muchos factores que permiten a la empresa mostrar su compromiso ecológico: un servicio de entrega eficiente, una selección de proveedores “eco-friendly”, unas campañas de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) orientadas al cuidado del entorno o, evidentemente, un producto sostenible.

Sin duda alguna, el usuario percibe más sobre la marca a través del producto final. La comunicación muestra el mensaje de la empresa, pero es en el producto donde el cliente distingue a una compañía comprometida con el medio ambiente de otra que no. Es en el momento de la recepción del pedido que un comprador puede captar características que indique que lo que acaba de adquirir es más o menos sostenible.

¿Cómo se puede hacer patente que un producto se basa en los estándares de máxima calidad ecológica?

Utilizar un sistema de entrega lo más limpio posible: varios son los proveedores de este servicio que ofrecen entregas de cercanía, a través de tiendas o incluso en transportes como la bicicleta.
Aprovechar el envío para comunicar: reducir las facturas en papel u ofrecer la documentación en papel reciclado muestra al usuario la importancia que tiene para la empresa la ecología.

Utilizar embalajes reciclados y biodegradables: si bien enviar un producto en un embalaje reutilizado puede afectar a la percepción de calidad del producto, no es así si lo que enviamos es un embalaje nuevo fabricado a partir de material reciclado. Algunos de ellos, como las cajas de cartón, se fabrican a partir de un 70% de material reciclado. En casos donde es inevitable el uso de materiales no reciclados, existe también la opción de ofrecer productos biodegradables, como es el caso de las bolsas de plástico, que reducen drásticamente el impacto en el entorno.

Existe un amplio abanico de posibilidades que permiten a una empresa poder enviar sus productos utilizando embalajes respetuosos con el medio ambiente, más allá de la propia caja de cartón. Por ejemplo: cintas adhesivas de papel, palets de plástico reciclado, rellenos de protección de papel o el plástico de burbujas reciclado.

En Rajapack, llevamos más de diez años asesorando a nuestros clientes sobre qué tipo de embalajes usar en sus envíos. Con el paso de los años, la preocupación por la ecología se ha hecho más patente y, en respuesta, la cantidad de productos respetuosos con el medio ambiente, también ha crecido. Dentro de esta gran variedad, existe una solución verde a cada envío.

 

Fuente:Comunicae