Economía circular vs economía lineal

Parece que no pueda existir más de una economía, porque la que vivimos está impuesta desde hace años y parece que nos hemos acostumbrado, sin más. Pero viendo las consecuencias desastrosas que están surgiendo en el planeta, a lo largo de todos estos años, las personas están rebelándose contra esta economía que vivimos, que parece querer arrasarlo todo, con tal de ofrecer productos cada vez con un uso específico, con una vida cada vez más corta.

Esto quiere decir que se promueve la cantidad a la calidad y la propiedad al uso, sin pensar en el planeta ni en las consecuencias negativas que esto genera también en las personas y en su psicología.

Cada vez queremos más y más nuevo, porque se estropea, porque han actualizado el modelo, porque tiene más colores o por el motivo que sea. Pero debemos prestar atención a los detalles; las etiquetas, la funcionalidad, la durabilidad, la calidad, los materiales, el origen, las consecuencias, la reciclabilidad, la reutilización, etc.

Muchos conceptos que no suenan demasiadas veces en los medios de comunicación ni en este sistema, que se basa en el consumismo desenfrenado.

Estos conceptos son los que forman la economía circular, la economía cíclica y respetuosa, la que nos hace pensar y decidir, la que piensa en el planeta y en sus recursos.

¿Por qué el sistema económico actual se define como insostenible?

El sistema económico actual es lineal, es decir, tiene un principio y un final muy claros. Se diseñan productos para ser usados y tirados, sin más. Ahora parece algo normal, pero si prestamos un poco de atención veremos que este no es, o al menos no debería ser un proceso normal, porque genera consecuencias muy graves e insostenibles tales como el cambio climático, la contaminación y miles de desastres naturales, como la explotación de los recursos.

¿Cuál es la opción más sostenible?

Claramente la opción más sostenible y la única que podemos llevar a cabo, si no queremos que el planeta dure menos años y siga en estas terribles condiciones, es apostar por la economía circular. Esto se traduce en un sistema que, en contraposición con un sistema lineal, propone cerrar los ciclos de vida y promover un diseño circular de sus productos basándose en el ecodiseño y rechazando, por completo, la obsolescencia programada.

Es un cambio difícil de asumir, después de estar totalmente implantado, pero no imposible. No se trata de cambiarlo de la noche a la mañana, pero sí de fomentar las ideas de este cambio, para que los consumidores, como mínimo sean conscientes de lo que compran y decidan qué comprar, dónde, cuándo, cómo y por qué. Solo con este objetivo ganaremos mucho en poco tiempo y los resultados serán más que evidentes.