¡Todo un ejemplo! Lo que no sabías del reciclaje de aluminio

Para la industria del reciclaje en general, los procesos de reciclaje de aluminio se han presentado como un ejemplo a seguir. En la actualidad, es uno de los materiales más reciclados del mundo, con un proceso realmente eficiente.

El aluminio es liviano y altamente flexible, pero también súper fuerte cuando se combina con otros metales como magnesio, cobre, molibdeno y silicio. No es magnético, tiene una alta conductividad térmica y es extremadamente resistente a la corrosión. Se puede fundir, mecanizar, doblar, soldar, ahusar y alear fácilmente, y no se degrada con la reutilización repetida. El aluminio se utiliza ampliamente en las industrias de la construcción, la fabricación y los productos de consumo, para fabricar artículos grandes y pequeños. Ya sea que lo reconozca o no, el aluminio está a su alrededor todo el tiempo, y mientras que otros metales se han vuelto obsoletos, el aluminio debería conservar su utilidad indefinidamente.

Cuando hablamos de reciclaje de aluminio sabemos que se trata de un proceso en el que el material final tendrá un buen uso final. El proceso de reciclaje de aluminio se inicia con la transferencia de los desechos a las instalaciones de recuperación para su clasificación. Los imanes se pueden usar para separar metales, lo que deja atrás el aluminio ya que no es magnético.

Después de ser llevado a plantas de reprocesamiento, el aluminio se corta o tritura en pequeños trozos para reducir su volumen. Mediante un proceso mecánico y químico, las superficies de las piezas de aluminio se limpian con un restregado para prepararlas para la fusión. La chatarra de aluminio se carga en balas en hornos de alta temperatura y alta capacidad y se funde a temperaturas que alcanzan o superan los 750 grados Celsius.

Para purificar el metal fundido, se eliminan varios productos de desecho creados en el proceso de fusión, ya sea mecánicamente o mediante el uso de cloro y nitrógeno gaseoso. Las aleaciones de aluminio se crean agregando metales como cobre, zinc, magnesio o silicio a la mezcla fundida. Las fórmulas de aleación se eligen en función de los usos previstos para el aluminio reprocesado. El metal fundido se vierte y se forma en lingotes, que pueden transportarse a plantas de procesamiento o fabricación de aluminio para convertirlos en nuevos productos.

Evaluando todo el proceso, podemos comprobar que el reciclaje de aluminio es un proceso relativamente simple y directo, pero sin embargo es muy eficiente. El reciclaje de aluminio consume un 95 por ciento menos de energía que la minería, el procesamiento y la fabricación de nuevos suministros, y libera a la atmósfera cantidades un 95 por ciento menos de gases de efecto invernadero que la producción de aluminio fresco.

No pierda la oportunidad de contactar con profesionales en el área, quienes lo guiarán en el proceso y le darán la mayor información para conocer como aprovechar al máximo los materiales, siendo responsables con el planeta e incluso ahorrándonos gastos.